
Al hablar de ciencia, nuestra mente evoca laboratorios con frascos de vidrio burbujeantes generando vapores de distintos colores, pizarras con ecuaciones desordenadas, cables que conectan piezas y transmiten energía. Telescopios de alta potencia que nos permiten ver de cerca lo que hay en un cielo estrellado que parece infinito o microscopios que nos dan entrada a un diminuto mundo dentro de gota de agua sucia.
Todas estas imágenes, tan reales como idealizadas (las dos cosas al mismo tiempo) han tomado el inconsciente colectivo para hacerse de una voz propia a la que llamamos “ciencia”. La realidad es que la mayor parte del tiempo la ciencia se materializa en un grupo de personas, trabajando intensamente durante largas horas, muchas de ellas frente a una pantalla, leyendo, pensando, analizando datos, compartiendo información y corrigiendo muchísimas versiones de la interpretación de ésta para llegar a una conclusión que sea veráz, reproducible y que responda a las inquietudes que nos genera el mundo en el que vivimos.
¿Quién inventó la ciencia?

La ciencia no se ha inventado, no ha nacido de la nada. Se ha ido desarrollando durante muchos años, por seres humanos caracterizados por su razonamiento crítico, su insaciable curiosidad, meticulosidad y casi infinita paciencia.
Echando mano de nuestro ingenio, hemos inventado historias que den sentido a nuestra realidad, hemos creído en seres sobrenaturales que dictan las leyes del universo. Sin embargo, ni las historias ni los dioses ni las costumbres han logrado explicar los acontecimientos de nuestro entorno. Así que ideamos un método reproducible para estudiar, entender y modificar nuestro medio a nuestra conveniencia: ESO ES LA CIENCIA
¿A qué se dedica la ciencia?
La ciencia estudia los fenómenos naturales del mundo en el que vivimos, y de nuestra propia existencia: ¿por qué morimos? ¿por qué envejecemos? ¿en dónde vivimos? ¿estamos solos? También estudiamos la historia de nuestro universo, las complejidades del comportamiento de los animales (y del humano, porque también somos un animal), el uso que le podemos dar a distintos materiales naturales y lo que podemos obtener de ellos. La ciencia puede estudiar todo, siempre y cuando sea medible y comprobable.
También ha sido usada de manera indiscriminada para explicar otras cuestiones que nos atormentan en el día a día, a veces sugiriendo explicaciones simplistas para que sigamos un consejo o compremos algún producto: ¿Por qué mis hijos no me escuchan? ¿por qué no soy atractivo para el sexo opuesto? ¿qué es el amor?… pero eso no es ciencia, y lo discutiremos en otro post.
Entonces, ¿qué es la ciencia?

La ciencia es el conjunto de conocimientos que han sido obtenidos mediante un largo y riguroso proceso de estudio, reflexión, experimentación y de cuestionar una y otra vez aquello que se conoce o se ha inferido previamente. A este proceso le llamamos método científico y, aunque el método para el estudio es común, las maneras en las que se adapta y se gestiona cada una de sus ramas es un mundo por sí mismo.
Los pasos del método científico son: 1) observar el medio, 2) reconocer que hay una pregunta o un problema a solucionar, estudiarlo 3) establecer una hipótesis (o pensar en cuál crees que sea la respuesta a tu pregunta anterior), 4) pensar que otras opciones puede haber para la solución al problema establecido, que no hayas pensado como hipótesis, 5) poner a prueba lo que has establecido, mediante la experimentación, asegurándote que los resultados se puedan reproducir de manera consistente, 6) analizar los resultados de tu experimentación, pensar si responder a tu pregunta, si coincide con tu hipótesis o no, y porqué y finalmente 7) estructurar la información de manera que la puedas explicar a otros, respaldándote en los datos obtenidos en tu experimentación.
En este dibujo, se encuentran los pasos que conforman el método científico, las flechas indican cómo se puede relacionar cada uno de los pasos y todas las posibilidades de volver a empezar.

El proceso anterior, se revisa una y otra vez. Y una y otra vez genera nuevas preguntas, se analiza desde perspectivas distintas, se retroalimenta e influye en otros modelos de investigación y proyectos y a otros proyectos, creando una inmensa red de conocimiento que es tan dinámica, divertida y real como el universo que habitamos.
Este video que explica cómo va creciendo el conocimiento con lo que se publica por una sola revista científica. Imagina esto, muchas veces, todo el tiempo y disfruta ver cómo nace, crece y se reproduce la ciencia:
Si alguna vez te has preguntado ¿cómo se mantiene la luna en el cielo?, ¿por qué una pastilla me puede quitar el dolor de cabeza? o ¿dónde está Internet?; si alguna vez cuestionaste lo que te enseñaron tus padres o maestros, o si no te dejó tranquilo el sempiterno “porque así ha sido siempre”, hay un científico dentro de ti. Y con este pensamiento crítico, de la mano del gusto por aprender, tú también puedes contribuir al desarrollo de la ciencia.